4 tipos de evaluaciones económicas en salud








14 de Octubre, 2024
N° 063 | Tiempo de lectura - 4 minutos
















Hola, bienvenido a gestión en simple. Un newsletter con ideas y recomendaciones para quienes se inician en un rol de gestión
Como gestor, tu trabajo es tomar buenas decisiones, y en un momento en el que los datos juegan un rol cada vez más relevante, hacerlo basado en intuiciones no es suficiente.
¿Cómo sabes si realmente estás mejorando? ¿Cómo justificar un nuevo proyecto o programa de salud sin datos claros que respalden tus decisiones?
Hablar en números es crucial para que tu mensaje tenga peso y credibilidad. Especialmente cuando se trata de costos e impactos.
Y aquí es donde la Economía de la Salud juega un rol clave.
En esta edición te muestro los aspectos clave de los 4 tipos de evaluaciones económicas de salud más usadas, de manera que la próximas vez que debas presentar una propuesta, incorporares algunos de estos conceptos
Pero antes, ¿Qué es la Economía de la Salud?
La Economía de la Salud es la disciplina que analiza cómo se asignan los recursos dentro del sistema de salud.
Su objetivo es simple: obtener el máximo valor por cada peso invertido. Evalúa el costo, el impacto y el beneficio de diversas intervenciones en salud utilizando análisis económicos.
Esta rama busca responder preguntas clave como:
¿Cuál es el costo real de implementar un nuevo tratamiento?
¿Cómo priorizamos intervenciones cuando los recursos son limitados (y siempre lo son)?
¿Estamos optimizando la efectividad de nuestras decisiones económicas?
Estas evaluaciones se centran en comparar alternativas y medir tanto su efectividad clínica como su costo, proporcionando un marco para tomar decisiones con la mejor relación costo-beneficio.
Estos son los cuatro análisis más comunes que todo gestor debería conocer.
1. Análisis de Costo Minimización (ACM)
Este análisis es útil cuando las alternativas que estás comparando tienen la misma efectividad clínica. El objetivo aquí no es determinar qué opción es más efectiva, sino simplemente cuál es más barata.
Por ejemplo, imagina que estás evaluando dos antibióticos que tienen el mismo efecto en el tratamiento de una infección respiratoria. No hay diferencia en cómo funcionan, así que la decisión se basa únicamente en el costo. Si uno cuesta $50 y el otro $30, claramente elegirás el más económico.
Aunque esta metodología es sencilla, tiene limitaciones. En muchos casos no es fácil demostrar que dos tratamientos son exactamente igual de efectivos, lo que hace que el análisis de costo minimización sea menos común. Sin embargo, cuando las alternativas son muy similares, es una herramienta valiosa para optimizar los recursos.
2. Análisis de Costo Efectividad (ACE)
El análisis de costo efectividad es uno de los más utilizados cuando las alternativas no son igualmente efectivas. En este caso, debes comparar los costos de dos o más opciones frente a su capacidad para mejorar un resultado específico, como los años de vida ganados o una mejora en la calidad de vida.
Un ejemplo simple: imagina que tienes dos tratamientos para el cáncer. El primer tratamiento cuesta $10 millones y proporciona una sobrevida promedio de 5 años. El segundo cuesta $20 millones y da 4 años de sobrevida. La pregunta que debes hacer es: cuál tratamiento ofrece más valor por año de vida ganado?
Divides el costo por los años de vida que cada tratamiento proporciona. El primer tratamiento tiene un costo por año de vida ganado de $2 millones, mientras que el segundo tiene un costo de $5 millones por año. En este caso, el primer tratamiento ofrece mejor valor desde la perspectiva de costo-efectividad.
El ACE es particularmente útil cuando necesitas tomar decisiones sobre qué intervención es más rentable en términos de mejorar la salud de los pacientes sin gastar de más.
3. Análisis de Costo Utilidad (ACU)
El análisis de costo utilidad es una versión avanzada del ACE que también incluye la calidad de vida como factor en la ecuación. No solo se trata de cuántos años de vida ganamos con una intervención, sino también de la calidad de esos años.
Este análisis utiliza una métrica llamada AVAC (año de vida ajustado por calidad - QALY en inglés), que mide tanto la cantidad como la calidad de vida. Un AVAC de 1 representa un año vivido con plena calidad de vida, mientras que un AVAC de 0 representa la muerte. Entre estos dos extremos, los AVAC permiten cuantificar diferentes niveles de bienestar.
Por ejemplo, si una intervención permite que un paciente viva un año más, pero su calidad de vida es solo del 50% debido a una discapacidad, ese año adicional contaría como 0.5 AVAC. El análisis de costo utilidad es muy útil para decisiones que no solo se centran en la cantidad de vida ganada, sino en su calidad.
4. Análisis de Costo Beneficio (ACB)
El análisis de costo beneficio es probablemente el más directo de todos, porque traduce tanto los costos como los beneficios en dinero. Esto te permite comparar directamente las alternativas usando una sola unidad de medida: el dinero.
Por ejemplo, en lugar de calcular cuántos años de vida se ganan con un tratamiento, este análisis busca estimar cuánto vale cada año de vida ganado en términos económicos. Se pueden utilizar varios métodos para asignar este valor, como evaluar cuánto estaría dispuesta a pagar una persona por vivir un año más, o cuánto podría producir económicamente durante ese tiempo.
Aunque puede parecer complicado asignar un valor monetario a la vida o la salud, este tipo de análisis es muy útil para evaluar si una intervención realmente vale la pena desde una perspectiva económica.
Reflexión final
No necesitas ser economista para gestionar un equipo de salud, pero entender estos conceptos te ayudará a tomar decisiones más inteligentes y justificarlas con datos sólidos.
Hablar con números te da la ventaja competitiva que necesitas para optimizar los recursos y obtener mejores resultados, y también para hacer que tus ideas se escuchen y aprueben.
Que tengas buena semana
Cristian