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Cuando es adecuado un estilo de liderazgo autoritario en gestión

8 de Marzo, 2025

N° 073 | Tiempo de lectura - 2 minutos

En mis 18 años trabajando en gestión y aprendiendo de liderazgo, he llegado a dos conclusiones:

  • No existe un estilo de liderazgo que funcione bien para todas las situaciones. La clave es saber adaptarse.

  • El mejor estilo de liderazgo es el transformacional, que prioriza la inspiración, la motivación y el desarrollo de las personas.

Pero también he aprendido que hay momentos en los que el liderazgo autoritario es necesario.

Incluso hay situaciones en las que buscar consenso, inspirar y motivar puede tener malos resultados.

Aquí te comparto tres situaciones en las que es correcto usar un liderazgo autoritario:

1. En momentos de crisis

Cuando hay una crisis, el tiempo es un recurso crítico. La prioridad debe ser la ejecución rápida y efectiva.

En estas situaciones, no hay margen para procesos participativos.

Por ejemplo, si una UCI se queda sin camas y es necesario redistribuir pacientes, alguien (generalmente el jefe de la UCI o la persona con mayor conocimiento técnico) debe tomar la decisión de inmediato y comenzar la redistribución.

O cuando se requiere reordenar flujos de trabajo en una emergencia sanitaria como una pandemia, el profesional con mayor autoridad técnica debe convocar un equipo acotado y establecer directrices de implementación inmediata.

No se trata de tomar decisiones apresuradas o sin información, sino de priorizar la rapidez en la acción.

Como bien dice una cita que leí hace un tiempo: "En crisis, el liderazgo democrático es un lujo; el autoritario, una necesidad."

2. Cuando hay fallas críticas en protocolos de seguridad

Una de las principales características de la gestión en salud es la presencia de riesgo.

Si bien muchas veces es posible abordar el riesgo de manera progresiva, hay situaciones en las que las fallas son evidentes y el tiempo es escaso.

En estos casos, es fundamental actuar rápida y decisivamente.

Por ejemplo, si en un quirófano no se cumplen estrictamente las normas de infecciones asociadas a la atención de salud, el riesgo de infecciones se dispara. No se puede esperar a un proceso de sensibilización progresivo; hay que hacer cambios de inmediato.

Si en un área del hospital la tasa de complicaciones por lesiones por presión o errores en la administración de medicamentos aumenta desproporcionadamente, es imperativo intervenir sin dilatar.

En situaciones como estas, el nivel de riesgo puede ser tan alto que requiere acciones rápidas y directivas.

En algunos casos, puede haber espacio para involucrar y co-diseñar estrategias de mejora, especialmente cuando se necesita adhesión a prácticas difíciles de supervisar.

Pero generalmente el jefe del área debe tomar el timón y dirigir con rapidez.

3. Cuando un equipo tiene un pobre desempeño

En ocasiones, un equipo presenta un rendimiento deficiente no por falta de capacidad, sino por desorganización, falta de claridad en los objetivos o una cultura de trabajo laxa.

En estos casos, un liderazgo excesivamente participativo puede prolongar la ineficiencia.

Un líder autoritario, en este contexto, cumple la función de establecer orden y definir expectativas claras.

Algunas situaciones comunes incluyen:

  • Un equipo que no cumple con plazos críticos y cuya falta de responsabilidad está afectando a otras áreas del hospital.

  • Un servicio en el que los protocolos están siendo ignorados o interpretados de manera laxa, generando errores reiterativos.

  • Un grupo de trabajo que carece de disciplina y donde la toma de decisiones es difusa, lo que lleva a confusión y baja productividad.

En estos casos, el líder debe tomar decisiones rápidas, reasignar funciones y establecer estándares de cumplimiento estrictos. No significa mantener este estilo de liderazgo indefinidamente, sino aplicarlo en la etapa inicial para restablecer el orden y la dirección.

Una vez que el equipo logra estabilidad, se puede volver a un enfoque más participativo y de desarrollo.

Reflexión Final

El liderazgo autoritario no es una estrategia a largo plazo, pero en crisis inmediatas, ante fallas de protocolos críticos y en el caos organizacional, es una herramienta indispensable.

¿Ves algunas otras situaciones en las que un liderazgo autoritario pueda ser beneficioso?

¡Escríbeme de vuelta!

Buena semana

Cristian

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