Asegurar la Calidad vs Mejorar la Calidad








por Cristian Saavedra | Tiempo de lectura - 2 minutos










La gestión de la calidad es tema imprescindible para gestores y directivos de salud.
Pero la mayoría relaciona el concepto sólo a acreditación.
Quizás es porque la acreditación es tema prioritario en todos los centros de salud.
Pero lo cierto es que hay mucho más contenido en el concepto de gestión de la calidad.
Una distinción simple que ayuda a organizar mejor las ideas es entender que el concepto gestion de la calidad tiene dos grandes dimensiones: Aseguramiento de la Calidad y Mejora de la Calidad
Aseguramiento de la calidad son las estrategias que ayudan a alcanzar un estándar básico de seguridad en la atención. Un estándar que permita que el riesgo de generar daño a los pacientes sea mínimo comparado con los beneficios.
Dentro de estas estrategias están las acreditaciones, como la de la Superintendencia de Salud (en Chile), la de la Joint Commission International, o otras más específicas aún como la CARF (Commission on Accreditation of Rehabilitation Facilities) para centros de rehabilitación.
Caben en esta categoría también las políticas de gestión de eventos adversos, control de infecciones asociadas a la atención de salud, o políticas de prevención de maltrato infantil.
Otra herramienta esencial para asegurar la calidad son las auditorías, tanto clínicas como administrativas. Acá se identifican sistemáticamente riesgos o fallas a un procedimiento y se instruyen modificaciones que permitan cumplir el estándar.
En otra dimensión encontramos el concepto de “Mejoramiento de la Calidad”.
Acá el propósito es mejorar un resultado, indicador o proceso específico, habitualmente relacionado a la atención sanitaria.
Existe una amplia gama de metodologías que ayudan a desarrollar proyectos para mejorar la calidad tales como LEAN, Six Sigma, o el Modelo de la Mejora del Institute for Healthcare Improvement. Estos a su vez utilizan herramientas específicas como histogramas, análisis causa efecto, gráficos de control, flujogramas o ciclos PDSA (Planear- Hacer – Estudiar – Actuar.
Los proyectos de mejora de la calidad tienden a ser muy específicos y altamente basados en data. Algunos ejemplos de proyectos típicos de mejora de la calidad en instituciones de salud son:
Reducir tiempos de espera para acceso a alguna especialidad en hospital
Mejorar compensación de pacientes diabéticos en atención primaria
Disminuir el tiempo de espera para el retiro de medicamentos en un botiquín de un Centro de Salud Familiar.
En todos estos casos, probablemente partiremos cuantificando el problema y trazando un objetivo, para luego pasar a analizar las causas y probar ideas de cambio.
Usamos indicadores y estableceremos plazos concretos. Típicamente estas iniciativas tienen un plazo definido luego del cual queda establecido un nuevo nivel de desempeño.
En el mejor de los casos, el equipo de gestión podría establecer una práctica sistemática de observar sus resultados y generar iniciativas de mejora. En este caso le llamaríamos Mejora Continua.
Hay ciertamente puntos de intersección entre estos dos conceptos. Por ejemplo, podemos usar un diagrama causa efecto (método de mejora de la calidad) para mejorar la gestión de reclamos en un contexto de acreditación (método de aseguramiento de la calidad). Pero sin perder de vista que cada aproximación tiene fundamentos y lógicas específicas.
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