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El Método Clave para Delegar

por Cristian Saavedra | Tiempo de lectura - 6 minutos

Delegar es una habilidad esencial para cualquier gestor de salud.

Y no se trata solo de repartir tareas, sino de amplificar la capacidad de tu equipo para lograr resultados consistentes y significativos.

Sin embargo, muchos profesionales, especialmente los que recién empiezan en puestos de gestión, encuentran difícil delegar de manera efectiva.

A lo largo de mis años liderando equipos en el sector salud, he aprendido que existen barreras comunes que impiden delegar correctamente.

Las dificultades para delegar bien

La primera barrera es la falta de confianza.

Muchos gestores sienten que solo ellos pueden hacer las cosas correctamente, lo que dificulta la delegación.

También está el problema de la comunicación. Delegar no solo implica hablar, sino también escuchar de manera efectiva y asegurarse de que el mensaje se haya entendido.

Además, la falta de interés por el desarrollo de otros puede ser un obstáculo, ya que delegar no solo resuelve tareas, sino que también brinda la oportunidad de aprender y crecer.

Por último, la falta de tiempo y la ausencia de un sistema adecuado de delegación son también factores importantes que afectan la delegación efectiva.

Aunque estos problemas son comunes, he encontrado que delegar de manera exitosa es posible con algunos pasos clave.

Paso 1: Clasificar la actividad

La clasificación de las actividades a delegar es el primer paso para una delegación efectiva. Esto facilita tanto la selección de la persona adecuada como la comunicación clara de expectativas.

Existen, básicamente, tres tipos de actividades que se pueden delegar:

  1. Tareas: Son actividades simples, claras y de rápida ejecución. Ejemplo: "Tomar una muestra de sangre."

  2. Proyectos: Involucran múltiples tareas y requieren una cierta flexibilidad en su ejecución. Ejemplo: "Rediseñar el proceso de atención en urgencias."

  3. Objetivos: Son metas amplias que requieren una combinación de tareas y proyectos para alcanzarlas. Ejemplo: "Disminuir la lista de espera en un 50% en seis meses."

Clasificar las actividades permite tomar decisiones más acertadas sobre qué delegar y a quién.

Paso 2: Seleccionar a la persona adecuada

Delegar es más que solo asignar una tarea, se trata de encontrar la persona que posea las competencias y la actitud necesarias para ejecutar la actividad.

Las competencias incluyen el conocimiento técnico, mientras que la actitud se refiere a la disposición y motivación. Es fundamental que la persona a quien delegues tenga los conocimientos adecuados para realizar la actividad, pero también debe estar motivada para asumirla.

Por ejemplo, no es adecuado delegar la tarea de crear un protocolo de atención en urgencias a alguien sin experiencia en el área.

Tampoco es conveniente delegar una tarea simple a un profesional con una vasta experiencia, ya que podría sentirse subutilizado y desmotivado.

Paso 3: Especificar la condición de cumplimiento

Una delegación efectiva debe tener condiciones claras de cumplimiento. Esto incluye tres aspectos clave:

  1. Tiempo: Define la fecha y hora en que se debe entregar la actividad.

  2. Forma: Especifica los detalles y la calidad esperada en la entrega.

  3. Límites: Establece restricciones, como presupuesto, recursos o condiciones específicas.

La falta de especificación puede llevar a resultados mediocres o retrasos. Asegúrate de que las expectativas sean claras desde el principio.

Paso 4: Confirmar entendimiento y aceptación

La retroalimentación es esencial para garantizar que la delegación haya sido efectiva.

No basta con que la persona comprenda lo que se espera, sino que también debe haber una aceptación explícita de la tarea. Esto se puede lograr mediante una confirmación verbal o escrita.

Un simple “¿Está claro lo que se espera de ti?” o un correo de confirmación de la tarea pueden marcar la diferencia. Sin esta aceptación explícita, no puedes asumir que la delegación ha sido completada.

Paso 5: Hacer seguimiento

El seguimiento es crucial para garantizar que la actividad se ejecute correctamente. El tipo de seguimiento dependerá del tipo de actividad delegada:

  • Tareas: Un seguimiento final para confirmar que se cumplió con los requisitos.

  • Proyectos: Requieren un seguimiento intermedio para asegurarse de que se está avanzando según lo planeado.

  • Objetivos: Necesitan un seguimiento periódico para corregir cualquier desvío a tiempo.

El seguimiento no solo asegura que la tarea se cumpla a tiempo, sino que también te permite identificar problemas tempranos y corregir el rumbo antes de que sea demasiado tarde.

Conclusión

Delegar efectivamente es una de las habilidades más valiosas para un gestor de salud. No solo se trata de distribuir tareas, sino de maximizar la eficiencia del equipo y asegurar el desarrollo de las personas.

Al seguir estos cinco pasos, puedes delegar de manera más efectiva, lo que no solo mejora los resultados de tu equipo, sino que también fortalece las capacidades individuales de tus colaboradores.

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